Tenemos que tener muy claro, que antes de utilizar un medio, hay que ser capaces de diagnosticar cuál es el problema de comunicación que tenemos, es decir qué problema queremos resolver, y a partir de ahí, decidir las necesidades que tenemos, es decir decidir qué tecnología nos resuelve el problema de comunicación que hemos detectado.
Sin embargo, si pensamos en cómo actuamos la mayoría de las veces, observamos que actuamos al revés, como están ahí las nuevas tecnologías, tengo que utilizarlas, las necesite o no. No me planteo si esa tecnología me va o no a solucionar un problema, sino que en muchos casos se hace imprescindible el uso de algún medio, cuando en realidad antes no teníamos el problema que viene a solucionar dicho medio.
Además, tengo que tener en cuenta que el medio debe estar adecuado a la cultura de la audiencia que voy a tener. Que esas personas estén preparadas para poder comprender el mensaje que yo voy a transmitir a través de ese medio. Así como también tener en cuenta la disponibilidad del mismo, si yo voy a disponer de ese medio en el momento que lo voy a necesitar. Debo utilizar medios que yo sepa manejar, y que estos medios no tengan un costo de lo que podría ser un costo asumible. Porque si no me planteo todos estos criterios, en muchos casos utilizaré medios inadecuados e innecesarios para una determinada situación.
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